La segunda República Federal (1846-1848) y

la guerra con los Estados Unidos

Otro levantamiento militar estalló en 1845 y culminó al siguiente año, cuando el Congreso reconoció como presidente al Gral. Mariano Paredes. Preparó al país para afrontar la guerra contra Estados Unidos, conflicto al que consideraba ineludible. Sus esfuerzos fueron poco útiles, pues al momento en que estalló el conflicto bélico. Yucatán se independizó por segunda vez y un levantamiento federalista le derrocó y puso en su lugar nuevamente al Gral. Santa Anna, quien a su vez escogió a Valentín Gómez Farías como su vicepresidente.

Desde la década de los cuarenta del siglo XIX la política del gobierno americano fue de expansión territorial y en ella se encontraba México que representaba un papel muy importante. En 1845, las autoridades americanas enviaron una comisión a México para ver si el gobierno estaba dispuesto a vender Alta California y Nuevo México por 20 millones de dólares o de pesos, pues entonces ambas monedas se cotizaban a la par. La inestabilidad reinante en el país impidió que estos comisionados pudieran hacer el ofrecimiento al gobierno, por lo que se regresaron a su país con las manos vacías. El entonces presidente de los Estados Unidos James K. Polk, comprendió que sería más fácil adquirir dichos territorios por una guerra que intentar comprarlos.

En mayo de 1846 un grupo de soldados norteamericanos penetró a México sin la autorización del gobierno y cuando se toparon con tropas nacionales se inició un pequeño combate en el que no hubo muertos. Era claro que se trataba de una provocación en la que cayeron los mexicanos y que sirvió de pretexto al presidente Polk para declararle la guerra a México, al afirmar que habían sido los soldados mexicanos quienes habían invadido al territorio estadounidense.

El ejercito norteamericano invadió Alta California mientras que Santa Anna una vez más, intentaba improvisar un ejercito y hacerse de recursos económicos para mantenerlo. El avance hacia el sur por los estadounidenses mandados por el Gral. Zacarías Taylor era arrollador, la improvisación y falta de preparación militar de los mexicanos ayudaba bastante a ello y al poco tiempo de haber de haber iniciado la guerra y después de derrotar a las fuerzas mexicanas en Palo Alto y Resaca de la Palma, ya se encontraban en Monterrey, Santa Anna decidió salir con rumbo al norte y dejó a Gómez Farías como presidente interino del país, con la encomienda de que se hiciera de recursos parta afrontar la guerra. El 22 y 23 de febrero de 1846, el ejercito mexicano atacó a los norteamericanos en la Angostura y a punto de obtener la victoria, Santa Anna ordeno la retirada, resultando que el ejercito victorioso se convirtió en derrotado.

Gómez Farías, consideró que la manera más fácil y conveniente para los liberales de obtener los recursos era quitándoselos a la iglesia. En enero de 1847 emitió una ley que autorizaba al gobierno a apropiarse de los bienes de la iglesia hasta alcanzar la recaudación de 15 millones de pesos. La reacción fue similar a la que se vivió diez años antes. El pueblo y el clero se levantaron en armas y la cdmx se convirtió en otro campo de batalla, en el que la muchedumbre enardecida impidió que Gómez Farías pudiera salir de Palacio Nacional. Tan mal estaba la situación que Santa Anna tuvo que dejar el frente de guerra, en el que solo había sufrido derrotas, para rescatar a su vicepresidente en la cdmx, anuló el decreto que había desatado el conflicto a cambio de una “cooperación voluntaria” del clero por 100 mil pesos.

Para dar fin a la guerra, los norteamericanos abrieron otro frente de batalla al invadir el puerto de Veracruz. Ahora los invasores atacaban por el norte y por el sureste del país, mientras que el ejercito mexicano no podía detener su avance.

A mediados de 1847 era casi un hecho que las tropas invasoras llegaran a la Ciudad de México, (cdmx). Así que las autoridades políticas, encabezadas por el presidente, hicieron los preparativos para impedirlo. Todas las entradas a la urbe fueron reforzadas, especialmente las del norte, con soldados, guardias nacionales, y voluntarios. El 7 de septiembre se dieron los primeros enfrentamientos en la Casa Mata, Molino del Rey y Churubusco, pero, el más famoso tuvo lugar el 13 de septiembre en el Castillo de Chapultepec, entonces sede del Colegio Militar. Ahí los jóvenes cadetes y el ejercito norteamericano se batieron en una lucha desigual de la que salieron victoriosas las armas extranjeras. Con el paso del tiempo esta hazaña exaltó el patriotismo con el que combatieron seis jóvenes cadetes a los que, a fines del siglo XIX se les comenzó a llamar “los niños héroes”.

La caída de Chapultepec tuvo dos consecuencias inmediatas, la renuncia de Santa Anna a la presidencia del país y la ocupación de los norteamericanos de la cdmx. El nuevo gobierno encabezado por Manuel Peña y Peña comenzó a tramitar la paz con los Estados Unidos en una serie de conversaciones que culminaron con la firma a inicios de 1848 de los Trataos de Guadalupe Hidalgo, por él México se veía obligado a vender la Alta California y Nuevo México por 15 millones de dólares; a cambio Estados Unidos pagaría los gastos de guerra y los daños sufridos por sus connacionales en México.

Indiscutiblemente estas experiencias aunadas a la independencia de Texas fueron frustrantes para la mayoría de los mexicanos, quienes habían constatado que a menos de 30 años de haberse consumado la independencia del Imperio Mexicano ya se había perdido más de la mitad del territorio.

            Hasta aquí esta nota sintehistográfica del periodo de La segunda República Federal (1846-1848) y guerra con los Estados Unidos.